Era la primera vez que llamaban a la soldado Adish, al Cabo Cresta y al Sargento Williams para un asalto, emocionados, se dirigieron a la sala de comunicados.
Al llegar vieron que muchos de los otros reclutados ya estaban presentes, sentados mientras el Teniente Goodman paseaba la mirada por la sala con el ceño fruncido.
No estaba contento, tendría que enviar estas tropas como refuerzo para el Equipo de Aniquilación, mientras estos exterminaban toda vida del planeta, la escoria ante sus ojos se encargaría de colocar unos sensores en puntos específicos del planeta. Estos, sin necesidad de mantenimiento, mandarían a la sala de control un resumido informe anual; no hay vida, si la hay.
Por ahora el decimosexto escuadrón del tercer ejército no había fallado misión alguna, las bajas era otra historia. En el planeta Goya perdieron muchos soldados, y estos estaban menos instruidos aún... esperaba que no hubiera sorpresas de última hora, no estaba dispuesto a permitir que lo sancionaran por la incompetencia de otros.
Una vez explicada la sencilla misión dejó que los soldados de comunicaciones organizasen la partida. Tenía mucho más por hacer.
La soldado Bell llama a los soldados Adish y Thresh, al cabo Cresta y al sargento Williams, esta recluta demostró no estar preparada para entrar en combate, por ello aunque continúa con su adiestramiento, ejerce indefinidamente en el equipo de organización, no parece en absoluto molesta por ello.
-Bueno chicos, formaréis el equipo 12, yo seré vuestro enlace de comunicación, pero sed pacientes, debo llevar a tres equipos más. Iréis en la nave Delirium, junto con el equipo 11, pero que una vez llegados a superficie, tomarán otro camino. Sale en 10 min. desde los puertos.
Cresta limpia su arma, decidido, Adish comprueba que tiene todo lo necesario mientras Williams intenta un acercamiento entre ellos. Serán soldados del mismo barracón desde hace dos años, pero nunca han partido a misión juntos.
Una vez en la nave y bien sujetos, notan el pequeño tirón al soltarse su transporte de la nave principal, al principio flotan a la deriva, pero pronto se encienden los propulsores, cogiendo cada vez mayor velocidad traspasa la atmósfera y deja que la gravedad la absorba hasta impactar con la superficie. En la nave las vibraciones revuelven el estómago, y Cresta vomita por la velocidad, otro soldado del otro equipo que va con ellos ha empezado a gritar, aterrado, piensa que no sobrevivirán a la caída, que esta nave no puede funcionar así, se van a matar.
El Sargento Williams se burla de Cresta después de que este se burlara de su aspecto físico, mucho menos trabajado. Después le asegura que es mejor entablar combate con el estómago vacío, para aliviar tensiones.
En superficie la vegetación no permite ver mucho más allá, la nave está anclada al suelo, hundida por el impacto, el equipo 11 saca a uno de sus soldados intentando calmarlo, se organizan mientras se recupera, se despiden y echan a correr en formación en dirección sur.
Tras recibir orientación el sargento Williams pone a su equipo en movimiento, andar entre tanto espesor sin formar demasiado ruido es imposible. Se escuchan algunos movimientos cercanos de vez en cuando. Aunque Williams insiste en continuar el cabo Crestas está receptivo, e impaciente. Finalmente se camuflan él y Adish con la intención de emboscar. Adish es demasiado grande para esconderse correctamente, pero ella no es consciente.
Se escucha movimiento, un correteo rápido, Cresta y Adish intentan observar pero no ven nada, hasta que Adish nota algo a sus pies, mira hacia abajo y es una especie de roedor con cola muy larga, orejas pequeña y ojos enormes. Adish se enternece, la criatura se asusta y huye.
Empiezan a relajarse cuando se percibe ese correteo rápido pero de 10-12 criaturas a la vez, se preocupan de que pueda atacarles, pero el sargento Williams es consciente de que se van, tal vez... huyan de algo.
Un trote rápido delata a una enorme criatura, parece que no les ve al pasar a unos 6 metros de distancia, pero cuando ya parecía que el combate estaba evitado se para, las crías que van con el cánido alienígena corretean entre sus patas y alrededor, muerden, se pelean... la criatura levanta la cabeza y la mueve rápidamente, olfateando, entonces mira hacia ellos, gruñe y carga, la enorme criatura se acerca cada vez más rápido a los soldados.
El equipo de asistencia 6 no debía encontrar resistencia a su misión, piensan mientras miran el cuerpo caído sangrando verdoso y a las crías por el suelo. No ha sido un combate complicado, pero aunque están perturbados siguen enteros. ¿Cómo es que hay criaturas aquí? ¿No debían haber acabado con ellas el equipo de aniquilación?
El Sargento Williams insta a su equipo a continuar se reúnen con Thresh que estaba más adelante y continúan su camino a través de la inmensa selva. Deben colocar el sensor bajo tierra, en una coordenada exacta, habrá que escavar.
Ven en un lateral lo que parece un barrizal, un trozo de terreno donde no hay vegetación, lo miran extrañados pero continúan su camino. Williams, que va observando frecuentemente, ve a lo lejos una forma en sombras, grande. No se mueve. Williams decide continuar su camino, evitando el conflicto.
Evita el conflicto, la gran bestia estaba lo suficientemente lejos y relajada como para no haberlos percibido. Tenían el viento a favor y no los huele, aunque todos ellos tienen la orden de matar toda criatura posible tienen la misión de colocar el sensor. ¿Hizo bien o debieron ir a por las criaturas? El resto del equipo no la han visto, así que siguen avanzando.
Se encuentran un camino, una cañada animal, no se lo piensan y la toman. Al continuar avanzando ven que se une otra cañada desde un latera, y la principal se vuelve un poco más ancha, algunas hojas muestran machas rojizas, sangre.. Llegan a una cueva, se plantean si tomarla, tal vez les lleve cerca de punto y no tengan que excavar tanto.
Cresta, a quien entusiasma la idea del combate, quiere entrar, pero el Sargento sugiere que Thresh se quede vigilando la entrada y que entren ellos tres. En silencio avanzan por un túnel el camino principal avanza recto pero se ven varias bifurcaciones, el camino se divide en dos en seco, no saben cual elegir pero saben que están cerca.
Williams se pone en contacto con Thresh, le ordena adentrarse y coger la primera bifurcación, Adish, Cresta y Williams hablan sobre que hacer, cuando dos criaturas se acercan por sus espaldas, entablan un combate complicado, finalmente no utilizan ninguna granada y acaban con ellos en equipo, cuando termina el combate Williams escucha gemidos agonizantes desde su interlocutor. ¡Thresh! Retroceden hasta la primera bifurcación y el Sargento Williams lo deja claro. Van a ir a por él, con él al mando no se abandona a nadie.
Se internan por el túnel latera, los corredores de la madriguera, con las iluminadores del casco encendidos. Unas criaturas se les acercan por la retaguardia. Están en serios problemas, ¿de dónde han salido tantas criaturas? El combate resulta aterrador, Adish empieza a tener serios problemas, lanza una granada, esta no solo hiere a su compañero sino que provoca un derrumbe.
No pueden volver atrás, no les queda más opción que avanzar, seguir el camino en busca de Thresh. Este se vuelve pesado, largo, sinuoso, se estrecha, se conecta con algunas bifurcaciones, pero a diferencia de las anteriores, son de retroceso, no de avance, nuestro equipo no se para a pensarlo. Thresh...
Llegan a una gran caverna, parece tranquila pero el equipo anda con cuidado. Adish está muy crítica así que protege desde retaguardia. Williams avanza despacio seguido por Cresta, el terreno de piedras y barro muestra huesos y algunas enormes manchas, saben que es sangre. Ven algo de mayor volumen al fondo, se acercan y comprueban que es Thresh, con el estómago abierto, le faltan tripas y algunos trozos de piel y músculos, el Sargento recoge su chapa de soldado y sus granadas, al desviar la atención se ven rodeados.
Las paredes de la sala estaban cubiertos de entradas, anidaban ahí, a familia por cubil. Williams lanza una granada hacia sus espaldas, consciente de estar rodeados. Cresta comienza un fuego intensivo mientras las crías le clavan sus colmillos atravesando la armadura.
Williams se deshace de algunos a cuchillo y corre hasta el final de la sala, necesita comprobar que todo esto no es en vano.
Adish no se lo plantea, estará herida pero no abandona a su equipo, intenta abrir fuego llamando la atención de algunas criaturas cercanas que se abalanzan sobre ella, Williams llega al final, esto tiene salida, regresa con Cresta y entre los tres acaban con todos los alienígenas. El terreno forma un mejunje de trozos de cuerpos carbonizados, cadáveres verde sangrantes y barro revuelto.
Cansados avanzan, llegan a una bifurcación y Bell se pone en contacto con ellos. ¡Por fin! ¡Habían llegado! Lo han echo, colocan el sensor hundido en el terreno y lo encienden.
Estar en la nave de nuevo parecía mentira. El Teniente Goodman les había llamado a todos, eran el único equipo que se había encontrado solos con la vida enemiga, se les concedieron las Medallas Salvador y Medallas Supervivientes a todos, además Adish recibió la Medalla Entregado. El equipo volvió a su barracón con nuevos galardones y mayor orgullo.